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Editorial 403

 


No hipoteques tu vida


Una hipoteca es un préstamo que se recibe de una entidad bancaria para comprar un inmueble (apartamento, finca, etc.) De esta forma, la persona adquiere un bien, pero queda endeudada por muchos años. A veces, la hipoteca es la única forma de adquirir una vivienda, por lo cuál está justificada. El asunto está en evaluar las posibilidades que tiene la persona para cumplir con sus compromisos adquiridos, porque, de lo contrario, podría perder la vivienda. Además hay que tener en cuenta distintas vicisitudes de la vida (inflación, pérdida del trabajo, etc.) Por estas y otras razones, la hipoteca significa un riesgo y supone una gran responsabilidad.

La hipoteca es una forma de esclavitud económica que no permite levantar cabeza. Los intereses y la deuda que hay que amortizar significan una sangría permanente, por lo cual, es conveniente saldar la hipoteca, sobre todo, cuando los intereses son altos.


Las personas adquieren muchas deudas con la vida desde niños. Hay personas que quedan hipotecadas para toda su vida, a nivel intelectual, afectivo, social, moral y espiritual, debido a una educación deficiente. En adelante, estas personas deberán enfrentar la vida sin recursos intelectuales, afectivos, etc. lo cual les condena a ser pobres y mediocres en todos los aspectos.

 

Todos los seres humanos adquirimos muchas hipotecas en la infancia, debido a fallas graves en la educación recibida. La sociedad que exige título para todo, no exige nada a los padres para formar el matrimonio ni para educar a su hijos, lo cual es absurdo.


De cada diez mensajes que recibimos de los padres y de la sociedad, nueve son represivos de alguna forma. Estos mensajes represivos son la causa de la ignorancia, de la mediocridad, de los temores, de los complejos y de la frustración que padece la sociedad. Esta hipoteca es universal y nos afecta a todos. Como es universal la consideramos normal y la aceptamos de forma pasiva, pero, en el fondo, es un absurdo inadmisible en el siglo XXI. Y lo peor es que no se vislumbran cambios positivos en la educación académica ni en la educación familiar.


En vista de lo expuesto, es importante que cada persona tome nota y se esfuerce, desde joven, en saldar sus deudas con la vida; de lo contrario, las hipotecas contraídas a nivel intelectual, afectivo, social, moral y espiritual, le impedirán levantar cabeza.


¿Cómo pagar las hipotecas adquiridas desde niño?


A nivel intelectual:
Capacitándose constantemente. Adquiriendo conocimientos, habilidades y formas más simples y eficaces de hacer las cosas.
Como las cosas cambian con rapidez es necesario desarrollar creatividad, vivir en actitud de cambio y adelantarse al futuro, lo cual supone un plan de lectura, de capacitación...


A nivel afectivo.
Los seres humanos tenemos muchas carencias afectivas. Somos hijos de una sociedad poco amorosa que ha reprimido la expresión de las emociones. Necesitamos salir de nuestro temor y egoísmo y ser más amables, generosos, sociales y comprensivos. "Haz bien y no mires a quién"
El bien que haces a los demás te lo haces a ti mismo, y, por la misma razón, el mal que haces a los demás te lo haces a ti mismo.


A nivel social.
La sociedad vive a la defensiva. Esta actitud inhibe las capacidades e impide crecer y adaptarse a la realidad positiva de la vida. De aquí la importancia de aprender a relacionarse bien con las personas y aprender a resolver las cosas a través del diálogo. Lo que no se resuelve a través del diálogo, no se resuelve de ninguna otra forma.


La fórmula correcta es ganar-ganar; es decir que, para que las relaciones funcionen bien, deben ser beneficiosas para todos. No se trata de ganar a costa del otro, sino de ganar gracias al otro, lo cual significa que las relaciones humanas deben ser nutritivas, deben basarse en la verdad, en la justicia y en la colaboración.

Aunque los demás funcionen mal, si tú funcionas de acuerdo a estos principios, te irá bien, porque tendrás credibilidad y la gente te respetará y confiará en ti.


A nivel moral.
Hoy está en boga el relativismo moral como consecuencia de la pérdida de muchos valores. El relativismo moral es la consecuencia de una filosofía materialista de la vida que exalta la libertad y el placer por encima de principios y valores.


En realidad, todo parte de un concepto falso de la libertad, pues, la libertad no está en hacer lo que uno quiere, sino en conocer la verdad y el bien y ser consecuente con ellos.


En el fondo, lo que pretende el relativismo moral es liberarse de los principios morales para vivir a sus anchas, sin conciencia, sin responsabilidad y sin remordimientos. No se trata de la defensa de la libertad del ser humano sino de libertinaje, de dar rienda suelta a los instintos.


Las consecuencias de esta filosofía de la vida son la corrupción, la irresponsabilidad, la alienación de las personas y la desintegración de la sociedad. "Moral y luces son nuestras primeras necesidades" Simón Bolívar.


Las leyes civiles y las leyes morales son la muralla que separa la civilización de la barbarie.


A nivel espiritual.
Los seres humanos somos espirituales por naturaleza. Necesitamos trascender la realidad material y relacionarnos con un Dios que dé sentido y valor a nuestra vida. En lo íntimo de cada ser humano hay una fe, una ilusión, una esperanza y una necesidad de Dios y de todo lo que él significa: Eternidad, Felicidad...


Todas las cosas de esta vida son efímeras. Vemos cómo el tiempo se lleva todo lo que amamos y cómo envejecemos, lo cual genera angustia. Necesitamos llenar con espiritualidad el vacío interno.

 

Necesitamos liberarnos de la angustia existencial. Necesitamos de Dios. "Señor nos hiciste para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti" San Agustín


La única forma de saladar nuestras hipotecas y deudas contraídas con la vida consiste en funcionar bien en cada uno de estos niveles.


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    Lic. David Angulo de Haro

 

 

 

 

 

 

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